¿Por qué los países del Occidente están mucho más desarrollados que las naciones del Oriente Medio? Según el último Informe sobre Desarrollo Humano de las Naciones Unidas, la esperanza de vida en Oriente Medio (los países árabes, Irán, Turquía y los Balcanes) es de ocho años menos que en los llamados países de desarrollo muy alto (América del Norte, Europa Occidental y algunos países de Asia Oriental); el ingreso bruto per cápita es casi del 30% por debajo del promedio de estos países y solo tres cuartos de la población saben leer y escribir (alfabetización casi completa en estas naciones).
Entre las mayores razones que explican este atraso, según el primer Informe sobre Desarrollo Árabe del 2002 (también de las Naciones Unidas) están tres déficit críticos: la libertad; la libertad de la mujer; y la capacitación humana. Otro factor, mucho menos estudiado, es que las instituciones legales del mundo islámico, que habían beneficiado la economía del Oriente Medio en los primeros siglos del Islam, retrasaron o pararon la aparición de los rasgos centrales de la vida económica moderna, incluyendo la acumulación de capital privado, la formación de empresas y la producción a gran escala.
Este tema está bien explicado en el libro de Timur Kuran, The Long Divergence: How Islamic Law Held Back the Middle East (“La Larga Divergencia: Cómo la Ley Islámica frenó el Oriente Medio”), publicado por Princeton University Press. En el año mil, la economía de Oriente Medio era tan avanzada como la de Europa, pero al entrar en el siglo XIX la región se había retrasado enormemente en términos de niveles de vida, tecnología, instituciones económicas e intercambio impersonal.
Yo leí el libro durante un viaje en fin de año a Córdoba, cuya mezquita llegó a considerarse el santuario más importante de todo el Islam Occidental, en una época en la que Córdoba era capital de Al-Andalus; y a Cádiz, cuyas Cortes promulgaron en 1812 la primera constitución liberal española que fue de gran trascendencia europea, ya que en aquella época en Europa el liberalismo español era el que más influencia tenía. El magnifico recinto en Córdoba no solo poseía finalidad religiosa, sino social, cultural y política. En las afueras de Córdoba están las ruinas de un complejo aún más impresionante, Madinat al-Zahra, la capital política y administrativa de al-Andalus. Irse de Córdoba a Cádiz es darse cuenta de los logros brillantes del Islam y de su declive relativo (no hay nada comparable en su historia con las Cortes de Cádiz).
Mientras Occidente en los años de las Cortes de Cádiz tenía empresas duraderas con accionistas y acceso a crédito de bancos comerciales, las únicas sociedades colectivas en Oriente Medio eran entre unos pocos individuos que, con la muerte de un socio se terminaban, y cuyo financiamiento consistía en poco más que pequeños prestamos entre individuos.
Otros obstáculos al mayor desarrollo del Medio Oriente fueron la ausencia de organizaciones comerciales y la prohibición bajo pena de apostasía de que los musulmanes hicieran negocios bajo las leyes de otra religión. Las únicas personas que podían elegir el sistema legal para hacer negocios eran los no-musulmanes y pocos optaron para el sistema legal islámico: los cristianos y los judíos, comunidades minoritarias en los países de Oriente Medio, tenían un papel extraordinariamente desproporcionado en estas economías, en particular en el Imperio Otomano. Las mayores y más rentables empresas en Salónica, Estambul y Beirut, por ejemplo, estuvieron en manos de estas comunidades minoritarios. El profeta Mahoma, sin embargo, era un comerciante exitoso y el Corán respalda la propiedad privada y el enriquecimiento personal.
El Oriente Medio introdujo unas limitadas reformas económicas en los siglos XIX y XX y hoy sigue siendo una región atrasada. Sus sectores privados y sociedades civiles son aún muy débiles y estas deficiencias, en palabras de Kuran “generan la aceptación de gobiernos autocráticos”. Formas de organización moderna “han sido transplantadas a sociedades con normas sociales hostiles a sus usos eficaces: alta corrupción relativa y nepotismo y confianza baja en las organizaciones. Estas normas están entre los legados de la ley islámica tradicional.”
Llama la atención que la corrupción en Oriente Medio, según el ranking de Transparency International, es mucho más alta, año tras año, que en Occidente.
También es notable que el país musulmán más económicamente exitoso sea Turquía (en términos de sostenibilidad y diversificación y no sólo en términos de riqueza — no tiene petróleo), y no es casual que su código comercial, desde la fundación de la Republica en 1923, esté basado en el de Occidente.
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