En un lugar de la Mancha, cuyo nombre prefiero no mencionar porque tengo una casa allí desde hace más de 30 años, espero que no salga elegido en las elecciones el mismo alcalde que hemos tenido durante los últimos 24 años. No ha sido un mal alcalde, pero ha ostentado el puesto durante demasiados años.
En las elecciones del 2007 los Socialistas ganaron el 46,3% de los votos, el Partido Popular 34.3% y el Centro Democrático Liberal (CDL), un nuevo partido, 18,9%. De los 472 personas con derecho a voto, 391 (el 82,8%) votaron. De los siete concejales, cuatro son Socialistas, dos del PP y uno del CDL.
El alcalde (quien se postuló la primera vez por el Centro Democrático Social) es dueño del mayor bar y de un hostal del pueblo. Cuando le entrevisté en 1977 como parte de un articulo para The Times de Londres, poco antes de las primeras elecciones libres en España en 41 años, me dijo que iba votar al partido del vino tinto. La candidata del PP trabaja en la farmacia y el candidato del CDL tiene negocios en Madrid, una gran Casa Rural y un restaurante en el pueblo que al ponerse en marcha hace un par de años rompió el cuasi monopolio del alcalde. Tal vez por esto, la construcción de la casa Rural, que necesitó varios permisos y licencias, tardó mas de lo debido.
Llama la atención, al entrar en el pueblo, que el letrero que anuncia el bar del alcalde es bastante más grande que el de la casa rural.
Esta vez hay solo dos candidatos, el alcalde de nuevo y la misma candidata por el PP. Me importa menos el color político de la otra candidata que el que tenga una nueva cara y nuevas ideas.
Como todos los alcaldes en los más de 8.000 municipios en España, el alcalde de mi pueblo tiene un poder significativo para contratar personas y es de suponer que estas siempre voten por él, aunque, para ser justo, la bibliotecaria, que lleva una vida de funcionaria, puede ser todo, menos votante del PSOE. El alcalde también ejerce influencia en la residencia de ancianos y en asignar viviendas de protección oficial (su hijo tiene una aunque también tiene su propia casa).
Mi pueblo es un microcosmos de la modernización de España. Cuando compré la casa, en 1976, el pueblo no tenía agua corriente ni calles asfaltadas, se llamaba por teléfono a través de operadora, que era una de las hijas del dueño de uno de los bares, la escuela estaba en un estado ruinoso y el lugar más cercano para comprar periódicos estaba a 20 kilómetros. Desde hace ya años contamos con agua corriente, asfalto en las calles, teléfonos automáticos, una escuela moderna, un centro de salud, en la panadería se venden periódicos y desde hace unos años tenemos Internet de alta velocidad. Reflejando el declive de la Iglesia Católica, el pueblo tenia su propio cura en los 70 y ahora el cura sirve varias parroquias.
También mi ayuntamiento ha hecho inversiones bastante inútiles como tener demasiados faroles en parte de un camino que va a un camping, y gasta un dineral en fuegos artificiales en sus fiestas de mayo (menos este año debido a la crisis).
Hoy varios inmigrantes trabajan allí. Durante los 50 y 60 mucha gente dejó el pueblo para emigrar a otros lugares de España o al extranjero. A estas personas se les ha rendido homenaje en una escultura a la entrada del pueblo, representados por una antigua y desfasada maleta de piel esculpida en piedra.
Ha llegado la hora de limitar los mandatos de los alcaldes, y no solo porque tantos años en el puesto facilita el enriquecimiento ilegal. Es bien conocido que ser alcalde en España se ha convertido en la vía más fácil de ser millonario. A juzgar por las noticias en la prensa, parece que son muchos los municipios con casos de prevaricación, cohecho, tráfico de influencias, malversación, falsedad cometida por funcionario público, etc, y lo que es aún más vergonzoso es que más de cien imputados por casos de corrupción concurrirán en las elecciones del 22-M. Desconozco el patrimonio de mi alcalde, pero estoy seguro que es bastante más de lo que tiene que ser.
Tanto José María Aznar como José Luis Rodríguez Zapatero han establecido precedentes para sus partidos, limitando voluntariamente sus mandatos como Presidente a dos legislaturas. Si lo puede hacer un presidente, lo puede hacer un alcalde. No es que con dos mandatos vaya a desaparecer la corrupción a nivel municipal de la noche a la mañana, pero la medida actúa tal vez como un freno al abuso de poder y a la tentación de hacerse rico en el cargo, aunque los mas cínicos crean que con dos mandatos habrá un fuerte incentivo de enriquecerse lo mas rápido posible.
La corrupción en los ayuntamientos ha crecido al mismo ritmo que la vertiginosa construcción de pisos y casas, especialmente en la costa turística española que parece cada vez más una selva de cemento gobernada por gángsters.
Estos casos de corrupción recalcan la necesidad de mejorar el sistema de financiar los municipios, en particular aumentar la contribución urbana, medida impopular. Cuanto más fondos reciban los ayuntamientos, menos tentación habrá, en teoría al menos, de buscar fondos para el municipio vía practicas ilegales, por ejemplo en la reclasificación de terreno, y a la vez forrarse.
Según Transparency International (TI), el sector de la construcción en España será un “foco permanente de corrupción” hasta que los gobiernos locales no reciban más dinero del gobierno central o de impuestos locales. “En muchas partes de España, el desarrollo urbanístico y la corrupción van de la mano,” dice un informe de TI. “Este tipo de economía sumergida prospera allí donde faltan la democracia y la transparencia. Y los ayuntamientos se han enriquecido muchísimo con ella.”
El Grupo de Estados contra la Corrupción (GRECO) criticó a España en su último informe (1 de abril) por la oscura financiación de los partidos. Ve especialmente opacas las ayudas municipales.
Al estar empadronado en Madrid, no puedo aportar mi grano de arena para elegir un nuevo alcalde para mi pueblo. Y en Madrid ninguno de los candidatos me inspira. Me temo que Alberto Ruiz Gallardón, elegido alcalde en 2003, durará tantos años como el alcalde de mi pueblo.
http://www.elimparcial.es/sociedad/elecciones-en-mi-pueblo–84622.html