Presentación de una charla de Arturo Barea para la BBC grabada en diciembre de 1957

Presentación 

Mi presentación el 21 de marzo en el Instituto Cervantes en Madrid,

A Arturo Barea se le conoce sobre todo por La forja de un rebelde, trilogía publicada durante su exilio de casi 20 años en Inglaterra. La parte menos conocida de su vida, particularmente en España, son sus 856 charlas semanales en la sección de América Latina del Servicio Mundial de la BBC, emitidas bajo el seudónimo “Juan de Castilla” para proteger a su familia en España. Su sueldo en la BBC constituía la fuente principal y estable de sus ingresos anuales.

Barea no podía trabajar para la sección española de la BBC por estar considerado demasiado comprometido políticamente. Su segunda mujer, la austriaca Ilsa, la traductora al inglés de todas sus obras, había empezado el año anterior a trabajar para el Servicio de Escucha de la BBC, donde sus compañeros eran otros exiliados, como el historiador austriaco de arte Ernst Gombrich y Isabel de Madariaga, la hija de Salvador de Madariaga.

La BBC no conserva ninguna de estas grabaciones en discos grandes de 78rpm: se supone que fueron destruidas por razones de espacio (todas las charlas de George Orwell sufrieron la misma suerte). Hace poco Radio Nacional de España encontró en sus archivos una charla de Barea.

Durante la II Guerra Mundial, las charlas de Barea tenían un propósito propagandístico, con el fin de contrarrestar la propaganda de los nazis en América Latina. Barea proyectaba una visión muy favorable de Inglaterra, tal vez por haber sido recibido con los brazos abiertos.

En sus charlas, Barea comentaba aspectos sociales, políticos y económicos de la vida inglesa. En una de ellas, titulada Cuestión patriótica, Barea hablaba sobre su solicitud de ciudadanía británica: “El primer acto de Inglaterra para mí fue abrirme sus puertas, simplemente porque era un desgraciado sin patria por defender ideales de humanidad y fraternidad dentro de una comunidad libre que había perdido su libertad por la violencia. El segundo fue ayudarme en mi miseria. El tercero fue darme un puesto en la lucha que este mismo país entabló seis meses después de mi llegada por defender sus propias libertades contra los que, al igual que rigen hoy en mi país de origen, pretendían regir el mundo entero. Me sentí hermano entre ellos y me trataron como hermano suyo”.

En otra charla Barea cuenta una historia de huevos fritos: «Cuando yo aprendí a guisar, mejor dicho, intenté guisar, era un maestro en el arte de freír un huevo. Lo había aprendido cuando era muchacho de un ventero aragonés cuyo único arte era asar cabrito y cocer pan en su horno de retamas. Aquel hombre freía los huevos y los convertía en una bola dorada y perfecta que encerraba dentro una yema perfectamente blanda, en ese punto difícil de lograr que es el principio de la coagulación. La grasa desaparecía de ellos maravillosamente y se convertían en buñuelos. Y este fue mi primer éxito con los ingleses. El ventero me enseñó el secreto de freír los huevos y mis amigos ingleses ni se hartaban ni se han hartado aún de comerlos. Solo que ahora están racionados. Yo me entusiasmaba con sus asados de carne, y ellos con mis huevos fritos».

Muchas veces las charlas se centraban en La Tabernita de Frank, una taberna ficticia que Barea recreó tomando elementos de varios lugares, incluyendo su pub favorito en Faringdon, The Volunteer, situado en las afueras de Oxford, donde está la placa en su honor.

Beber y hacer amistades en los pubs proporcionaría a Barea, a pesar de su poco inglés, un elemento de continuidad importante con su vida en España, al ponerle en contacto con las clases populares y darle la oportunidad de preguntar sobre sus vidas.

Barea fue votado muchas veces por los oyentes como el locutor más popular del servicio de Latinoamérica. Su éxito fue tal que la BBC lo envió en 1956 de gira durante cuarenta y ocho días por Argentina, Chile y Uruguay, donde recibió una exultante acogida, debido no solo a su trabajo como locutor, sino al éxito de La forja de un rebelde en América Latina que había publicado Losada en Argentina en 1951.

Según un informe de la embajada británica en Buenos Aires, el principal riesgo de Barea durante su gira “era evitar ser festejado, agasajado y agotado por hordas de admiradores y entusiastas.” En cambio, la propaganda contra Barea publicada por los partidarios de Franco intentaba denigrarlo llamándolo Míster Arthur Barea (Beria) —deformación deliberada de su apellido— en clara alusión al jefe de seguridad de Stalin, que apuntaba al supuesto pasado comunista de Barea, partido en el que nunca militó.

¿Cómo llegó la charla a Radio Nacional de España? Parece que en la década de los 80, José María González Sinde presentó un proyecto a TVE para producir una película sobre La forja; para prepararlo, una sobrina de Barea le facilitó a RNE un disco con la charla y lo trajo a la Radio para grabar una copia.

La grabación no tiene título ni fecha, pero al tratarse de los propósitos del año nuevo (1958), centrado en La Tabernita de Frank, es de suponer que fue la penúltima charla que se emitió en diciembre de 1957, unos días antes de la muerte de Barea el 24 de este mes. No es la última porque tengo el texto de este charla.

La charla que vamos a escuchar, en un especie de estreno mundial 61 años después de su primera emisión, termina abruptamente con la palabra “jamón” y falta algo, pero poco. Muchas gracias.