Por fin, una buena noticia

No hay mal que por bien no venga. Una de las poquísimas noticias positivas en España es que la crisis está reduciendo el abandono escolar temprano, uno de los peores lastres de la economía del país con un impacto negativo sobre su incierto futuro.

En 2010, un 28,4% de los jóvenes entre 18 y 24 años habían dejado de estudiar sin haber conseguido, al menos, un título de bachillerato o de formación profesional. Eso es tres puntos menos que en 2009, cuando ya empezó a bajar ligeramente. Desde 1996 no ha habido una variación tan grande, ni para bien ni para mal, de un año para otro.

Es una buena noticia pero no tanto como para estar contentísimos porque la tasa en España sigue siendo casi el doble de la media europea. Y el objetivo del Gobierno de reducirla al 15% en 2020, pondría la tasa en España al nivel de la cifra media de la Unión Europea de hoy.

Con una tasa oficial del desempleo de casi el 21% (bastante menos, aunque sea desconocido el dato, si se toma en cuenta la economía sumergida) y el doble de esto para personas menores de 24 años, y una economía que crece muy poco, y por ende no está creando nuevos empleos de una manera significativa, no sorprende que más alumnos continúen estudiando después de la educación obligatoria. No tienen más remedio. Yo había pronosticado la bajada hace un año, y esto no me hace un sabio.

En la década dorada de la economía española hasta 2007, los chicos (más que las chicas) pudieron dejar las aulas después de los 16 años con cierta facilidad y encontrar un trabajo, especialmente en el sector de la construcción.

Como dijo el ilustrado escritor Antonio Muñoz Molina, en su discurso en 2010 inaugurando los Cursos de Verano de la Universidad Complutense en El Escorial, “por primera vez, en España, está llegando a la edad adulta una generación menos cualificada académicamente que la de sus padres. Mi indignación es civil y política, pero también personal.” Muñoz Molina fue el primero en su familia no sólo en llegar a la universidad sino en terminar la escuela primaria y hacer el bachillerato.

Ahora el mundo es otro, y los padres no quieren que sus hijos, con pocos estudios y sin trabajo, se queden en casa sin hacer nada y más si ellos mismos han perdido sus puestos de trabajo.

La publicación de las últimas cifras me recuerda de que pasó en el pueblo de Villacañas (Toledo) que puede servir como mal ejemplo para toda España. Villacañas fabricó la cifra espectacular de 11 millones de puertas en 2006, más del 60% del mercado nacional en pleno apogeo de la construcción, y a la vez tenía una de las mayores tasas de abandono escolar del país. Hoy la fábrica Visel está en suspensión de pagos y hay filas de parados cada mañana ante la oficina de empleo del pueblo. La crisis, sin embargo, no ha afectado a uno de los habitantes de este pueblo manchego, Manuel Huete quien, a diferencia de los otros miembros de su familia, no quería trabajar en las puertas. Estudió empresariales y economía y hoy tiene un trabajo seguro en el Banco de España. Es el más listo del pueblo.

Cuando la economía empiece otra vez a crecer fuertemente, los alumnos, poco motivados, estarán tentados de abandonar las aulas por un trabajo, como antes. No parece que esto vaya a pasar en los próximos años. Según un inédito ejercicio de previsión de largo plazo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), habrá que esperar 15 años para que la tasa de desempleo en España vuelva al nivel “bajo” previo a la crisis, de alrededor de 8%. Para la mayoría de los países desarrollados, sin embargo, tal nivel es alto.

Las organizaciones internacionales no suelen acertar en sus previsiones, pero incluso si uno reduce el periodo de este pronóstico de 15 a 10 años, muchos alumnos no tendrán otra alternativa en mucho tiempo que continuar estudiando. A largo plazo esto reducirá la tasa de abandono escolar temprano a niveles mucho más bajos y facilitará la creación de una economía basada más en conocimiento y menos en ladrillo, el gran reto.

http://www.elimparcial.es/nacional/por-fin-una-buena-noticia-86773.html