Steve Jobs, cofundador y presidente ejecutivo de Apple, cuyos productos informáticos transformaron el mundo, y el escritor y periodista británico Christopher Hitchens tienen algo en común aparte del hecho de que Jobs murió de cáncer y tal vez antes de fin de año pase lo mismo con Hitchens (le fue diagnosticado un cáncer de esófago inoperable en 2010).
Jobs, en su discurso en la ceremonia de graduación de la Universidad de Stanford en 2005, hizo una llamada a los estudiantes para que tuvieran el coraje de vivir sus propias vidas. “Su tiempo tiene límite, así que no lo pierdan viviendo la vida de otra persona,” dijo. “No se dejen atrapar por dogmas — es decir, vivir con los resultados del pensamiento de otras personas. No permitan que el ruido de las opiniones ajenas silencie su propia voz interior. Y, más importante todavía, tengan el valor de hacer caso de su corazón y su intuición, que de alguna manera ya saben lo que realmente quieren llegar a ser. Todo lo demás es secundario.”
Estas palabras podrían haber sido expresadas por Hitchens, que ha pasado gran parte de sus 62 años haciendo caso de su corazón. Hijo de un oficial conservador de la Armada, fue educado en una escuela privada en Inglaterra y la Universidad de Oxford donde fue famoso por ser un trotskista de champán (champagne Trotskyite). Se unió al Partido Socialista Internacional (precursor del Partido de los Trabajadores Socialistas) y no lo abandonó hasta finales de los años 70. Se fue a vivir a Washington para trabajar en revistas capitalistas como Harper’s, The Nation, Vanity Fair, The Atlantic and Slate. Ha viajado por el mundo denunciando, desde su posición de izquierdista anti-totalitario y anti-imperialista, las injusticias, la hipocresía y el islamofascismo, entre otras cosas.
Es un ateo confeso y apoyó con el fervor de converso la invasión de Irak. Entre sus libros más conocidos están “Dios no es bueno” y “Dios no existe.” Odia el extremismo y el fanatismo, aunque él mismo sea algo extremista en sus opiniones.
Su héroe es George Orwell, otro inconformista muy citado en su nuevo y tal vez último libro, Arguably (algo así como “Discutiblemente”), un tomo de 750 páginas con los elegantes y potentes ensayos que Hitchens ha publicado en la última década, editado por Atlantic Books. La cita inicial del libro es una frase de la novela “Los Embajadores” de Henry James, “Vive todo lo que puedas. Es un error no hacerlo” Hitchens ha hecho de la noche el día (fumaba unos 15.000 cigarrillos al año durante décadas y consumió mucho whisky y es, a la vez, un escritor prolífico y agudo y de muy alta calidad).
El libro cubre una enorme variedad de temas, desde políticos como semblanzas de Benjamin Franklin, Abraham Lincoln y JF Kennedy hasta de escritores como Gustave Flaubert, Graham Greene y Stieg Larsson, científicos como Isaac Newton, países como Afganistán, Irán y Irak y muchos temas de actualidad.
Uno de sus ensayos más devastadores trata del polémica método de asfixia simulada (waterboarding) perpetrado en las cárceles secretas de la CIA para extraer información de presuntos terroristas, que tanto ha manchado la imagen de los Estados Unidos como país que respeta los derechos humanos y el estado de derecho, aunque, según George W. Bush ha ayudado a salvar vidas. Consiste en atar al prisionero, vendarle los ojos, meterle una toalla o trapo en la boca y verter agua sobre su cabeza para provocar una sensación de ahogo. Hitchens sabe de lo que está escribiendo porque se puso en manos de un equipo de expertos que le aplicó a él la asfixia simulada, pero, a gran diferencia de lo que normalmente pasa, pudo parar el proceso cuando quiso. El título del ensayo es Believe Me, It’s Torture (Créanme, es tortura).
En otro ensayo, Hitchens demostró ser alguien muy clarividente. En 2005, la revista Foreign Policy pidió a sus colaboradores escribir sobre algo que considerasen sobrevalorado o que no durase. A pesar de haber sido un activista a favor de la ampliación de la Unión Europea (en parte por su impacto positivo sobre países como España), eligio la moneda única, el euro. Acertó.
No todo es gravitas. Hitchens tiene un gran sentido del humor; cree que las personas ariscas nunca deben tener poder. Su libro termina con un breve ensayo divertido sobre los múltiples usos, y en diferentes contextos, de la expresión fuck off (vete a tomar por el culo).
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