Regalos de Navidad para Mariano Rajoy

Al ser inglés y protestante (no practicante), Papá Noel, también conocido como Santa Claus, Viejito Pascuero, Colacho o San Nicolás, es mucho más importante para mí que los Reyes Magos. Era Papá Noel quien cada 25 de diciembre se mostraba muy generoso conmigo, mientras que los 6 de enero los Reyes no me traían nada. Sin embargo, el día anterior, el 5 de enero, era el cumpleaños de mi padre y había siempre fiesta. Siguiendo la tradición inglesa, voy a hacerle unos regalos a Mariano Rajoy en forma de deseos y sin ningún orden de preferencia.

Es de suponer que Carles Casajuana, el muy culto embajador español en Londres (ganó el premio Ramón Llull de novela con “L’últim home que parlava català”), será sustituido porque no solo lleva más de tres años en el puesto (cuatro suele ser la norma) sino que además, antes de ir a la capital inglesa fue director del Departamento de Política Internacional y de Seguridad del Gabinete de la Presidencia del Gobierno, y, por ende, está muy identificado con la política exterior de José Luis Rodríguez Zapatero.

En su lugar, propongo a Esperanza Aguirre. Tiene muchas cualidades para el puesto. Habla inglés perfectamente (fue alumna del colegio British Council de Somosaguas), a diferencia de Rajoy, quien ha intentado aprenderlo sin éxito en los últimos años; desde 2004 es Honorary Dame Commander of the Order of the British Empire (algo como Dama Comandante Honoraria de la Orden del Imperio Británico), la primera española en ostentar este título, concedido por la Reina de Inglaterra por promover las relaciones entre los dos países, en particular en el campo educativo, y llegó a amenazar el liderazgo de Rajoy cuando éste perdió las elecciones de marzo del 2008, aunque nunca dio ni presentó oficialmente su candidatura. Teniéndola en Londres o incluso en París (Aguirre también habla un buen francés) Rajoy se quita del primer plano a alguien incómodo.

Rajoy no tendrá un hueco en su agenda apretada para seguir estudiando inglés. Hubiera sido más útil aprender alemán porque va a hablar mucho más con Ángela Merkel (quien no habla español) que con David Cameron, el primer ministro británico, cuyo país no es miembro del euro y parece ser va a ser marginado.

A Rajoy le gusta fumar puros (tres o cuatro al día, se dice). Antes de la primera Ley Anti-Tabaco de 2006 (una chapuza corregida en enero de este año), Rajoy fumaba abiertamente en el Congreso. Felipe González recibió cajas de puros habanos de Fidel Castro cuando eran amigos. Rajoy nunca ha sido y nunca será amigo de Castro ni de su régimen: a diferencia de Zapatero no va a intentar cambiar la posición común de la Unión Europea hacia Cuba y hacerla más acomodaticia con ese régimen nefasto, entre muchas otras razones porque esta política lleva fecha de 1996 a propuesta de José María Aznar. Le deseo otra fuente de puros. Dado que el discurso de Rajoy en el Congreso pidiendo más austeridad se hizo eco de las declaraciones de Winston Churchill durante la Segunda Guerra Mundial, le recomiendo los puros que llevan el nombre de este personaje histórico y también gran fumador.

Rajoy tiene sobre sus hombros la excepcionalmente compleja tarea de recuperar crecimiento económico y creación de empleo en un país con expectativas absurdamente altas. Para poder lograr profundas reformas laborales que facilitan la creación de puestos de trabajo, Rajoy tiene que estar dispuesto enfrentarse con los sindicatos y aguantar una huelga general (que yo creo no tendrá mucho apoyo entre la población fuera de los sindicatos). En esta situación, sería normal que tuviera cold feet (tener miedo), una expresión inglesa que literalmente significa tener los pies fríos. Para evitarlo, otro de mis regalos son un par de lujosas zapatillas.

Por último, espero que la barba de Rajoy no se ponga blanca rápidamente con tantas responsabilidades y preocupaciones, en cuyo caso podría parecer como Papa Noel, pero sin regalos que ofrecer a la población, salvo carbón.
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