Dentro y fuera de España circula el concepto erróneo de que la mitad de los jóvenes españoles (de entre 16 y 24 años) está en paro, y los extranjeros, en particular, no entienden cómo un país puede aguantar tal nivel sin que estalle una revolución. La repuesta es fácil y poco conocida: la verdadera tasa de desempleo juvenil es el 22% y no el 53%. ¿Por qué?
Eurostat, la agencia estadística europea, utiliza dos medidas del paro juvenil, pero solo difunde una con regularidad: calculada sobre los jóvenes que forman parte de la población activa, es decir, que están ocupados o buscando trabajo. Pero la mayoría de personas entre 16 y 24 años está todavía formándose (terminando la educación secundaria, asistiendo a cursos de formación profesional o estudiando en universidades). El resultado de aplicar este criterio de cálculo es la “tasa” de desempleo, que en 2012 era del 53,2%, en comparación con el 18,2% en 2007, antes de la crisis, y más del doble de la UE-27 (22,8%).
El otro y más realista cálculo del desempleo juvenil está basado sobre todos los jóvenes activos de esas edades (se denomina “ratio”), y no sobre los jóvenes que forman parte de la población en edad de trabajar, y da como resultado el 22%. En otras palabras, ese 22% excluye los que están estudiando o no buscan trabajo. Esa ratio es casi la misma que la tasa media de desempleo juvenil para los 27 países de la Unión Europea.
Como dice Carmen González Enríquez, investigador principal de demografía y migraciones del Real Instituto Elcano (RIE), “la fórmula [para la tasa] tiene sentido entre los adultos, especialmente los hombres, de los que se espera que prácticamente todos trabajen o busquen trabajo hasta la edad de jubilación. Pero aplicarla a una edad en que la mayoría de los individuos está formándose altera su sentido, aunque proporcione información.”
Carmen, colega mía en el RIE, ha hecho un gran servicio público al comentar las diferencias entre las dos medidas y ojalá que sea muy leído*
Según la Encuesta de Población Activa del ultimo trimestre de 2012, el número de jóvenes de entre 16 y 24 años que formaban parte de la población activa era solo 1,68 millones, frente a 4,11 millones individuos en esas edades. Dicho de otra manera, solo el 41% de los jóvenes en ese grupo trabaja o busca trabajo, y el 89% de los que no trabaja ni busca trabajo está estudiando.
La brecha entre la tasa y el ratio de desempleo juvenil es grande por países, particularmente en el caso de España, como es de suponer. Las tasas también varían mucho entre países. La tasa de paro juvenil en Alemania, por ejemplo, era solo del 8,1% en 2012, casi siete veces menos que en España — la tasa de desempleo para toda la población de este país es menos de 6%, la cuarta parte de España. Si uno considera la ratio como la verdadera medida del desempleo juvenil en España, esto significa que la tasa del desempleo es bastante menor que la cifra oficial de 26%, como yo, al menos, siempre había pensado.
No hay aún datos para todos los ratios de desempleo para 2012, así que me refiero a los de 2011. La tasa de paro juvenil en España subió entre 2009 y 2011 de 38% a 49% pero el ratio solo de 17% a 19% en el mismo periodo, nueve puntos porcentuales menos que el incremento en la tasa, lo cual sugiere que el problema del desempleo entre los jóvenes no se ha intensificado tanto como se piensa.
Una ratio (la tasa en mi opinión) de paro juvenil de 22% sigue siendo alta pero lejos del 53%, que es la cifra conocida fuera y dentro de España. Los analistas que vienen a España casi siempre preguntan sobre este tema. Tanto Eurostat como el Gobierno español harán un gran servicio en explicar al mundo que la situación del paro juvenil en España no es tan negra como se piensa. En el caso del Partido Popular, tan obsesionado con el deterioro de este activo intangible que se llama la “marca España”, no entiendo por qué no hace nada para corregir ese concepto erróneo.