Los niños son el futuro, y hoy 20% de ellos en España viven en situación de pobreza relativa — en hogares con un ingreso por debajo del 50% de la media del ingreso. Además, el 14% de los adolescentes ni estudian ni trabajan (conocidos como “ni-nis”). Esos y otros datos sitúan a España a la cola en bienestar general de los menores en el nuevo estudio de UNICEF.
España ocupa el puesto 19º de una clasificación de 29 países occidentales desarrollados en bienestar infantil. El mejor país es Holanda y el peor Rumania. Los Estados Unidos están en el lugar 26º. El ranking está basado en cinco indicadores —bienestar material, salud y seguridad, educación, comportamientos y riesgos y vivienda. Al principio de la década, España ocupaba el puesto 13º de 21 países. Su caída en el ranking, basado en los mismos indicadores para estos 21 países, es la mayor de todas las naciones clasificadas.
El impacto de la crisis ha sido terrible para los menores españoles — y no tienen la más mínima responsabilidad en la mala gestión de los gobiernos y la corrupción de la clase política.
España queda bastante bien en vivienda y en la categoría de salud y seguridad, que incluye factores como la tasa de mortalidad infantil o el acceso de los menores a servicios de salud preventivos, testimonios de los avances logrados en el estado de bienestar en los últimos 30 años, pero suspende en bienestar material, debido al altísimo nivel de desempleo, y en educación.
Lo más llamativo del estudio es la llamada brecha de la pobreza, que mide la distancia entre la línea de pobreza y los ingresos medios de las personas por debajo de esta línea. España es el país con una diferencia mayor, cercana al 40%, lo que significa que la mayoría de familias en situación de pobreza cobra unos 14.000 euros anuales.
La brecha en los Estados Unidos, la economía rica más grande del mundo, es el 37,5%, pero esto no debe servir de consuelo para el Gobierno del Partido Popular. El estudio demuestra fuera de toda duda que las democracias sociales de Europa occidental son las mejores en bienestar infantil.
Poco después de la publicación del informe, la Junta de Andalucía, donde la tasa de desempleo es un abismal 35%, anunció que los niños (y ancianos) en peor situación económica tendrán garantizadas por los servicios sociales al menos tres comidas diarias. Según los datos ofrecidos por Susana Díaz, consejera de Presidencia, seis de cada cien niños en la región están en situación de extrema pobreza.
UNICEF estimó que en 2011 había 2,2 millones de niños (27%) en España por debajo del umbral de la pobreza, 80.000 más que en 2010, lo cual convertía al país en una de las naciones de la Unión Europea en las que más había crecido la pobreza infantil desde el inicio de la crisis. Sin lugar de dudas, la cifra es bastante mayor hoy.
Según UNICEF, España gasta el 0,7% del PIB en políticas de apoyo para familias en comparación con un promedio de la UE del 3%.
En términos objetivos, el bienestar de los niños españoles se ha deteriorado mucho en los últimos años, pero en términos subjetivos la situación es bien distinta. El informe de UNICEF incluye una clasificación por “bienestar subjetivo”, calculada mediante encuestas a niños y con una escala de cero (donde 0 representa “la peor vida posible para mí”) hasta 10 (donde 10 representa “la mejor vida posible para mí”). En primer lugar está Holanda, igual que en la clasificación objetiva, con un 95% de niños registrando un alto nivel de satisfacción, y en tercero España con un 90%.
¿Cómo se explica que España esté en el puesto 19º en la clasificación objetiva y el lugar 3º en la otra? Parece contradictorio. Tiene que ver con la importancia y la fortaleza de la familia en España (a pesar de o tal vez debido a la crisis). La familia juega un papel fundamental en el bienestar subjetivo de los niños, y ojalá que dure.
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