De caza con Manuel Fraga

Las entrevistas que hacia la prensa extranjera a los principales actores políticos del país durante la Transición entre 1975 y 1978 a veces se realizaban en circunstancias algo surrealistas. Éste fue mi caso con Manuel Fraga cuando fui corresponsal de The Times de Londres, a quien la BBC quería filmar para un programa sobre España.

Fraga, entonces líder de Alianza Popular, nos invitó al equipo de la BBC y a mi a cazar, un frío domingo por la mañana de enero de 1977. Nos encontramos con él, ya vestido de caza, en su casa de Madrid, y nos dijeron que siguiéramos a su coche, lo que hicimos, a cierta velocidad, hasta llegar a una finca a más de ciento cincuenta kilómetros de distancia en la provincia de Cuenca. Allí nos recibieron un burro cargado de equipo de caza, y un Rolls Royce.

Entre los demás cazadores estaban León Herrera, antiguo Ministro de Información, el alcalde de Madrid y el Gobernador Civil de Cuenca. Nadie se fiaba de Fraga ni de su rifle mientras posaba para la cámara, ya que tenía fama de apuntar muy mal. Los rumores decían que accidentalmente había disparado en la espalda al yerno de Franco, el Marqués de Villaverde, durante una montería. Antes de comer sirvieron ostras y calamares desde la parte trasera de un camión.

También entrevistamos a Fraga unos días más tarde en la sede de Alianza Popular, donde se quejó de lo que él consideraba las preguntas “sesgadas”. En especial, no le gustó que se cuestionara el apelativo de “democrático” de su partido cuando, durante tantos años, algunos de sus líderes habían servido al Régimen franquista desde los más altos puestos. Las respuestas de Fraga fueron breves, y se negó responder a preguntas adicionales sobre los puntos tratados.

Estas anécdotas me vienen después de la noticia de la muerte del político gallego. En otra ocasión una viñeta irónica en el periódico Nuevo Diario en 1976 mostraba a un hombre calvo con gafas oscuras (el típico franquista acérrimo) hablando en el Club Siglo XXI, preguntando si alguien del público era de The Times. Cuando se le contesta que no, el conferenciante afirma: “Entonces palabrita del niño Jesús”. En aquella época se contaban muchos chistes sobre españoles que leían la prensa extranjera para averiguar lo que estaba sucediendo en su propio país. Ese mismo día de la viñeta Fraga, entonces Ministro de Interior, fue entrevistado por The Times, y proporcionó más datos sobre reformas políticas futuras que los que había dado el propio Presidente del Gobierno Arias Navarro. Un editorial del ABC comentó, de forma lacónica, que era ridículo que los extranjeros supieran lo que estaba pasando en España antes de que lo hicieran los españoles.

Es bien conocido que Fraga fue un tipo algo volcánico y autoritario, capaz de retar a la pelea a unos manifestantes o de abroncar a un colaborador delante de los periodistas. Me contó Harry Debelius, el corresponsal jefe de The Times en Madrid, que, en una ocasión, mientras Fraga hablaba en su despacho de ministro con un grupo de corresponsales extranjeros y su secretaria continuaba pasándole llamadas telefónicas abrió el cajón de su escritorio, cogió unas tijeras y corto la línea de su teléfono, para estupor de los corresponsales.

Su identificación con el pasado franquista (mucho mayor que la de Adolfo Suárez) y su temperamento frustraron su enorme ambición de no llegar a lo que parecía predestinado, la presidencia del Gobierno.

Yo tuve la suerte, gracias a la intervención de Don Juan de Borbón, a quien conocí en su exilio en Estoril, Portugal, de hablar durante una hora con el Rey Juan Carlos en noviembre de 1977 y éste no tuvo pelos en la lengua al decirme por qué no quería el nombre de Fraga en la lista de candidatos de la terna que le elevó el presidente del Consejo del Reino, Torcuato Fernández-Miranda.

El Rey lo hizo bien, y también Fraga al conducir a la democracia a la gran mayoría del franquismo.

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