España se mantiene en el mundo

A pesar de la crisis de los últimos cuatro años, España ha mantenido su presencia global, según la última edición de un destacado índice del Real Instituto Elcano (apropiadamente el Instituto lleva el nombre del navegante español Juan Sebastian Elcano, que completó la primera vuelta al mundo).

España ocupa el 11º lugar en la clasificación del Índice Elcano de Presencia Global (IEPG), posición que ha conservado durante toda la década, tras perder el 10º puesto que ostentó durante los noventa.

El IEPG (www.iepg.es) mide el posicionamiento de los países en el proceso de globalización. Su segunda edición incorpora algunos cambios metodológicos que, sin embargo, no alteran su esencia ni los pilares metodológicos. Entre otros cambios se han reagrupado los indicadores de presencia global en tres áreas —económica, militar y “blanda”—, en lugar de cinco, y el número de indicadores que definen la presencia económica ha sido ampliado. El índice de este año no ofrece ya los datos brutos, sino pasados a escala IEPG (0-1000).

Como explican Ignacio Molina e Iliana Olivié, los coordinadores del índice, la medición se realiza sobre la base de datos objetivos o tangibles, descartando los posicionamientos basados en datos de opinión o de percepción. Asimismo, no se persigue la medición del nivel de inserción de los países en el proceso de globalización o el grado de apertura frente a él —algo que ya calculan otros índices de globalización o de libertad económica— sino la presencia o proyección internacional total comparada con la de otros países y respecto de su propia evolución.

Estado Unidos sigue manteniendo un indiscutible primer puesto en todas las variables, a excepción de exportaciones de bienes energéticos, manufacturas y turismo. China ocupaba la 12ª posición en 1990, catapultándose a la quinta en 2011 (un crecimiento paralelo al de su PIB).

En el caso de España, todas las variables del índice se sitúan en niveles superiores a los de 1990. En la mayoría de los casos, el aumento es constante a lo largo de los seis años observados (2011, 2010, 2005, 2000, 1995 y 1990). En otros, el crecimiento puede haber sido más errático — energía, tropas, equipamiento militar, turismo, deportes, tecnología, ciencia, educación, cooperación al desarrollo. Sin embargo, estos aumentos son insuficientes para escalar o afianzar posiciones ante el crecimiento de emergentes como China.

La presencia global española se mantiene sobre la base del aumento de la dimensión económica — pasa de representar el 30% al 46% del IEPG total entre 1990 y 2011 — y un menor incremento relativo de la presencia “blanda” del 64% al 51%, mientras que la presencia militar desciende notablemente, de forma proporcional — del 6.2% al 2.5%.

El nuevo índice es muy oportuno porque llega cuando hay un activo debate sobre la deteriorada imagen internacional de España y el reciente nombramiento de Carlos Espinosa de los Monteros como alto comisionado para la “marca España”. Su misión es impulsar un imagen de España más acorde con la realidad que es dramática pero no tanto como se pinta.

El IEPG es una herramienta para comprender todas las variables y lógicas involucradas en la “marca España”. Puede decirse que el diferencial entre el lugar que ocupe un país en imagen o notoriedad —presencia subjetiva— y el que ostente en presencia efectiva real —el IEPG— es también la medida de los esfuerzos que dicho país podría tener que llevar a cabo para la mejora de su imagen o para una mayor influencia en el escenario global —con diferencial negativo—, o la medida del éxito de su diplomacia pública, que lograría capitalizar en poder, influencia y/o imagen una presencia real más modesta —diferencial positivo—.

El índice confirma lo que todo el mundo sabe: que dos de los puntos débiles de España son la educación y la ciencia, áreas que están sufriendo recortes debido a las medidas de austeridad. Son el talón de Aquiles de España y sin profundas mejoras el país no se levantará de forma sostenida.

España es vista como un país agradable, con una gran variedad de experiencias atractivas como cultura, gastronomía, deporte y entretenimiento, pero recibe valoraciones inferiores a la media del G-8 en la mayoría de los aspectos relacionados con la economía: entorno económico, calidad de productos y servicios, y especialmente marcas y empresas reconocidas y tecnología.

Santander es un gran excepción a esta falta de reconocimiento empresarial. Acaba de ser elegido por la revista Euromoney Mejor Banco del Mundo y esta celebrándolo por todo lo alto con anuncios que configuran los continentes del mundo en forma de palabras y un eslogan que da a entender que el banco es “Más que palabras”. Ojalá que el empuje del Gobierno en mejorar la imagen del país sea algo más que buenas palabras.
http://www.elimparcial.es//espana-se-mantiene-en-el-mundo-108053.html