El futuro, según Al Gore

A juzgar por el nuevo libro de Al Gore, vicepresidente de los Estados Unidos bajo la presidencia de Bill Clinton y candidato a la presidencia del país en las elecciones del año 2000 que perdió frente a George W. Bush, los Estados Unidos habrían tenido un presidente radical y visionario si Gore hubiera ganado, adjetivos que no se puede aplicar al ganador, uno de los peores presidentes en la historia de este país. ¡Que lástima que Gore no ganó!

Gore, galardonado con el Premio Nobel de la Paz por su contribución a la reflexión y acción mundial contra el cambio climático, y con el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional, ofrece su visión del mundo en The Future, publicado por WH Allen. Es un relato aleccionador de los riesgos que amenazan la civilización global en el futuro.

El libro trata de los seis principales motores de cambio global que según Gore ya están configurando el futuro. Son: una economía global profundamente interconectada; la aparición de una red de comunicaciones electrónicas que conecta a miles de millones de personas y proporciona acceso a un creciente volumen de datos; la aparición de un nuevo equilibrio de poder político, social y militar radicalmente diferente al que caracterizó el mundo en la segunda mitad del siglo XX que, al empezar a moverse del Occidente hacia el Oriente, está desafiando a los Estados Unidos; la aparición de un rápido e insostenible crecimiento de la población, agua, consumo de recursos y polución; nuevas tecnologías en biología, bioquímica y genética capaces de cambiar las características de plantas, animales y personas y, por último, la aparición de una nueva relación entre la potencia agregada de la civilización humana y los sistemas ecológicos de la tierra.

Gore es muy crítico con su propio país, en particular con la influencia del dinero y el poder corporativo sobre las políticas del Gobierno y la asfixia ejercida por potentes cadenas de televisión, dominadas por anuncios e intereses especiales, que ahogan el flujo libre de ideas necesario para una autodeterminación genuina. A pesar de la degradación de su país y la creciente concentración de la riqueza en muy pocos manos, Gore aún cree en la capacidad de los Estados Unidos de renovarse, tal y como ocurrió en el pasado

Pinta un mundo lleno de contrastes y cambios rápidos. Por un lado, centenares de millones de personas sufren hambre crónica y, por el otro, la obesidad en países desarrollados, empezando en los Estados Unidos y en algunos países pobres, como México, ha llegado a niveles record. En los últimos 40 años el peso promedio de los americanos aumentó en 9kg.

Para el autor, el resultado de la lucha para determinar la futura dirección del mundo vendrá de una contienda entre lo que llama la Mente Global (Global Mind), en referencia al alcance mundial de Internet, y Tierra Inc. (Earth Inc.), en alusión a la economía global interconectada. Cree que el Internet jugara un papel fundamental en hacer el mundo más democrático y estimular un debate más razonable, sin tantas injerencias de las élites políticas y corporativas. Basta ver el papel del Internet en fomentar la llamada primavera árabe para entender su poder. En 1993, había solo 50 sitios en la World Wide Web (www); hoy hay trillones.

A diferencia de la última ocasión en que la civilización estuvo seriamente amenazada — durante la crisis de los misiles en Cuba cuando los Estados Unidos y la antigua Unión Soviética casi llegaron a iniciar una guerra nuclear con consecuencias devastadoras — ésta vez la amenaza, según Gore, no llegará “en cosa de minutos y con destellos de luz brillantes y a través de sonidos ensordecedores”, sino poco a poco sin darnos cuenta. El futuro está en nuestras manos.
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